lunes, 1 de junio de 2009

LA DIPLOMACIA DE HOY




Desde su nacimiento hasta el día de hoy la diplomacia ha experimentado profundas transformaciones desde que surge como una necesidad impuesta por la circunstancia de las relaciones entre los hombres y las tribus primitivas durante la antigüedad y la edad media.

Sin embargo, el nacimiento de la diplomacia y la función comercial de los consulados, busca exclusivamente que los cónsules sean promotores comerciales para incentivar el desarrollo del comercio por cuanto medio lícito esté a su alcance en la localidad donde ejerce sus funciones.

Un factor de cambio en la práctica diplomática y consular, ha sido la globalización de la economía mundial, el Internet, la movilidad de las personas y el capital, así como la penetración mundial de los medios de comunicación se han combinado con la intención de reducir la brecha que existían anteriormente entre un país y otro. Lo que ha provocado un giro de gran importancia en las actuales negociaciones dentro del ámbito del comercio internacional. Creando condiciones para que los cónsules se vinculen mas estrechamente al comercio exterior ya que el Estado al velar por los intereses de la colectividad toma a su cargo la actividad comercial que se proyecta en el ámbito internacional.

Las Misiones Diplomáticas, entendidas como las Embajadas, los Consulados, Misiones ante Organismos Internacionales, así como sus miembros no se deben mantener como entes, aislados al margen del acelerado mundo en que vivimos lo cual sitúa en otra dimensión a las relaciones entre los Estados. El diplomático de hoy debe de considerar más que una necesidad un deber estar al día con todo el acontecer internacional ya que la diplomacia esta siendo sometida a constante cambios y trasformaciones, son muchos los acuerdos, los tratados, las conferencias y los conclaves que se realizan entre los estados con la finalidad de ir buscando mecanismos de solución a la problemática actual y con la intención de prevenir la futura.

La actual práctica consular requiere representantes que realicen tareas diplomáticas que respondan a estos intereses. La tradicional costumbre diplomática por mucho tiempo, exigió que las negociaciones se realizaran entre el Embajador y el Ministerio de Relaciones Exteriores del país ante el cual se encontraba acreditado aunque hoy en día el embajador sigue jugando un papel de vital importancia el papel de los cónsules y los demás miembros de la misión ha cambiando porque han comprendido que es un esfuerzo de todos el poder representar y vender a la Republica Dominicana en los diferentes foros internacionales con la intención de captar la inversión extranjera.

Las exigencias del pasado no han variado, pero sí la motivación. La tarea de protección de los intereses de un Estado precisa de un alto sentido patriótico, pero también de profesionalismo, experiencia y audacia en la innovación y creatividad. Hoy se requiere de diplomáticos y cónsules mejor formados con alta capacidad gerencial, con conocimientos del comercio internacional, detectores de oportunidades de negocios, con instrumentos idóneos para ser eficientes y profundos en el análisis político-económico y por supuesto, conocedores de los avances tecnológicos y de la información a fin de representar y aprovechar al máximo las oportunidades de un mundo competitivo y globalizado.
Un concepto de cónsul adaptado a los nuevos tiempo y a las necesidades actuales de nuestro país y a la realidad del entorno internacional, debe ser una persona con disposición de representar dignamente a su Estado y a sus nacionales, con capacidad de analizar con metodología el entorno de negociación, de promover efectivamente a su país, con preparación, entusiasmo, actitud profesional para relacionar ante situaciones de crisis y con una gran capacidad para adaptarse a las circunstancias adversas que se le pueda presentar fuera de su ambiente natural.

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